Son los nuevos proyectos editoriales para los niños –y no tan niños-.
Por María Victoria Islas (*)
Este artículo se propone, como en publicaciones anteriores, acercar libros a los lectores. En esta nota les presentamos un recorrido por tres proyectos poéticos publicados en distintos lugares del país. Si bien aparecen en el mercado editorial como libros para las infancias, estamos convencidos de que también el público adulto disfrutará de estas experiencias de lectura.
El 2021 fue un año que trajo múltiples apuestas editoriales y los libros de esta selección son algunas muestras deslumbrantes, entre otras posibles.
Vida del muerto, escrito por el multifacético David Wapner e ilustrado por el original Matías Trillo, relata la historia del único muerto de un pueblo. Su trabajo es arduo porque siempre está citado a nuevos velorios y entierros. Pero “nada es eterno, y los muertos tampoco lo son” por eso un día, ya cansado y mayor, pide su jubilación y pasa a retiro. Ahora, ¿cómo es la vida de un muerto que se jubila? ¿Qué pasa en un pueblo cuando “no queda ni un alma” para ser velada y enterrada?
Los textos de Wapner siempre logran sacudirnos, sorprendernos, porque su literatura apuesta fervientemente a la experiencia del desconcierto. Vida del muerto no es la excepción. Matías Trillo, por su parte, construye un mundo excéntrico y singular que conjuga la estética mexicana del Día de los Muertos y sus colores, ciertos trazos en lápiz, calaveritas y la arquitectura de Francisco Salamone. La cuidada edición de Calibroscopio hace de este exquisito libro un texto-objeto poético, extraordinario y sorpresivo, que exige lectores curiosos y deseosos de habitar estéticas personales y fuera de lo común.
Boca Azul: otras palabras para decir el mundo, “el hermano menor de una familia numerosa”, llega desde la ciudad de Salta y es la última obra escrita, diseñada e ilustrada por las niñas y los niños del Taller Azul, que coordina la artista, docente y editora Silvia Katz.
Al abrir el libro leemos que “la boca azul no es un diccionario pero una pizca parece”. Así, para cada palabra se despliega una definición: poemas corales formados por “versos-voces”, como los denomina Katz, e ilustraciones, collages con papelitos multicolores.
Editado por Ediciones Laralazul, La boca azul: otras palabras para decir el mundo, nos presenta un desafío, un interrogante: ¿es o no un libro de poesía? La respuesta, que es a la vez invitación, la iremos construyendo a partir de la experiencia de la lectura en la que las palabras se van reuniendo en el juego con los sonidos y los versos que deriva en la multiplicidad de posibilidades y significados que recrean el mundo. Porque como señalan los autores del libro “El mundo es un poema fascinante/escrito por nosotros/ es una adivinanza sin respuesta”.
Desde hace algún tiempo a esta parte el mercado editorial viene reiterando una jugada que gusta tanto a grandes como a niños: el volumen de poema único. El año pasado tuvimos la alegría de recibir, como un tesoro-regalo en este delicado formato, Formas de ver un poema inédito de la reconocida y versátil escritora Liliana Bodoc.
A lo largo de todo el texto nos arrimamos al vínculo entre un abuelo y su nieta. Desde la voz de la niña llega un enigma: su abuelo tiene tres pares de anteojos. Las preguntas que, a lo largo del poema van encontrando respuestas, habilitan distintas “formas de ver”, múltiples miradas, incluso de las palabras y de los recuerdos.
Este álbum habilita a los lectores otra manera de leer -y ver- un poema. Los versos se despliegan de a pocos a través de las hojas y las doble páginas ilustradas comparten protagonismo y construyen este mundo. En Formas de ver las ilustraciones abren puertas-ventanas-anteojos que muestran el hogar que habitan el abuelo y su nieta, pero también otras viviendas, en otros tiempos y en otros espacios a partir de la técnica de collage. Así, la ilustradora Nadia Romero Marchesi logra crear un dulce y tierno universo con cajitas de cartón, palitos de madera, retazos de telas, de bordados, barquitos de papel; y hace que detengamos sutilmente la mirada para ver y contemplar las bellísimas maneras de leer el texto.
Este precioso y preciado libro llega desde Mendoza a través de Pez Menta Ediciones, una editorial que publica textos “para lectores sin edad, para lectores que saben nadar como pez en un libro, para lectores frescos como la menta”. Pensado como objeto único, Formas de ver es, también, una manera de nadar y reconocerse en una cartografía fresca a partir de atemporales imágenes y palabras poéticas.
En los libros que elegimos, las palabras, las metáforas y las ilustraciones se entrelazan en maravillosos textos que brindan la posibilidad de acercarnos íntimamente a la experiencia de la lectura. Una experiencia que remite a territorios habituales, reconocibles, a los vínculos significativos de, en y con las infancias y que habilita encontrar(nos) –niños y adultos- en el lenguaje poético.
(*) Integrante de la ong Jitanjáfora.